Lidia y Wigberto una boda de ensueño hecha realidad. Normalmente me suelo volver un poco loca haciendo fotos (cuando nos dais permiso) para escoger después algunas para redes sociales y el blog, pero cuando te juntas con 360 más las del móvil de Quique porque me quedo sin batería…, es porque no ha parado de haber momentos bonitos o divertidos merecedores de ser captados como recuerdo.
Desde el primer momento que vinieron a la tienda, Lidia y Wigberto conectaron con nosotros. Querían una boda íntima, con la crême de la crême y en cierto sentido yo soy muy partidaria de los cero compromisos y así nos lo comunicaron en nuestra tienda.
Todo estaba preparado con cariño y esmero para la aparición estelar de los novios en el Hotel Ipv Palace & Spa.
Esta vez, el salón elegido era el Sevilla, con vistas al Castillo de Sohail y el cóctel en la entreplanta de recepción desde cuyo balcón los invitados pueden admirar el mar.
Siempre con una sonrisa, Laura, nuestra fantástica coordinadora de eventos del hotel, se preocupa de que todo esté en orden, bonito y con la calidad necesaria que se merecen los novios. Para muestra, el genial seating plan que realizó y decoró una de las columnas.
Aplausos y vitores recibieron a Lidia y Wigberto cuando entraron de la mano a la zona del cóctel en la que degustaron toda clase de aperitivos, bebidas y jamón recién cortado.
Algo después, los invitados pasaron al salón, en el que se prepararon para dar la bienvenida a los recién casados al banquete.
Laura, pendiente a todo, organizó a familia y amigos en un pasillo, para que el confeti que iban a lanzar a la entrada de los novios quedara aún más espectacular.
Y así fue, como entre pétalos y confeti de euros, Lidia y Wigberto entraron bailando hasta llegar a su mesa.
En todo momento, la sensación fue que el amor de verdad llenaba el salón.
Cuando hay complicidad, respeto y amor, se nota y Lidia y Wigberto volvieron a nacer por el amor del uno al otro.
Durante la cena, no pararon de sucederse momentos preciosos como la sorpresa que tenía Lidia para el novio acompañada por sus palabras que dejaron a Wigberto visiblemente emocionado con el mar como testigo como el día que se conocieron once años atrás.
Entre brindis y “viva los novios” llegó el corte de la tarta, en el que volvió a demostrarse que en cuanto están juntos, el mundo desaparece sólo para ellos dos.
Especial importancia cobró la madre de la novia, a la que agradecieron estar allí en uno de los días más importantes de su vida. Siendo el mayor tesoro de Lidia el tenerla como madre, siempre ha estado ahí para cuidarla y protegerla.
Si dios os bendice con la gracia de tener hijos, seréis unos padres maravillosos, como los referentes que habéis tenido y lo grande que sois como personas. Espero que nazcan un día 29 para que el destino siga dándoos cosas maravillosas para ese número.
Otro momento especial fue la emoción que provocaron a la hermana de Wigberto, a la que la novia considera una hermana más que cuñada y aun estando lejos, siempre se hace sentir cerca de ellos con su gran corazón y su lealtad a la familia.
No faltó hacer llorar al mejor padrino que podían tener, al que instaron a que siguiera su corazón e intuición, ya que con ilusión y sueños todo lo bueno llega.
Y él contestó con una frase que a todos los presentes nos pareció muy cierta y acertada y es que con sólo verlos a uno le entran ganas de formar una familia.
No faltaron más agradecimientos a amigos y familia “adoptiva” a la que Wigberto agradeció especialmente el trato para él y su hermana cuando los malos momentos hacían tropezar por las piedras en el camino.
Al acabar la magnífica cena, los novios inauguraron la pista con un montaje musical que Quique les hizo para el baile nupcial y que quedó precioso viviendo un momento romántico más de la velada, acabando el baile con los padrinos.
Y después de tantos momentos emotivos, llegó el momento de beber, bailar y romper los tacones con Quique Sánchez. ¡¡¡Y las ligas!!!
Momentazo que se marcaron los novios con la entrega de las ligas y la guasa de Quique Sánchez en cabina. ¡Hasta Laura se llevó una! Y es que cuando hay tan buen rollo con los novios y gente profesional de por medio terminan bailando hasta los camareros. Paco y Juan que se descubrió como un magnífico bailarín de bachata cuando la novia lo sacó a la pista.
Siempre es un lujo trabajar en el Ipv Palace y con todo su magnífico personal, pero especialmente en bodas así y con novios como ellos.
¡Que seais muy muy muy felices! ¡¡Os queremos!!
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